OPINION: El folclore: elemento de ingeniería social para la modificación de identidades * Lucia Jurado

21.07.2021 20:08

El folclore: elemento de ingeniería social para la modificación de identidades * Lucia Jurado

 La legitimación del nuevo orden

En algunos momentos de reflexión deberíamos tomar unos segundos para elegir aquella categoría analítica, que estructurará el orden de los planteamientos con la finalidad de obligarnos a escuchar, buscar, contrastar y vertebrar las ideas, eliminando tentaciones de auto justificación censuradora, apego a sentimentalismos o distracciones de parcialidad. Por ello, y siguiendo este espíritu de análisis crítico, me permito en esta ocasión elegir una perspectiva socio-cultural como eje en torno al cual hilar una breve ponencia que ponga de manifiesto la importancia de la tradición en la consolidación o transformación de las comunidades.

En alusión al titular, se propone un breve relato ilustrador sobre la dimensión que cobra la manipulación del patrimonio cultural para alcanzar objetivos mayores como es la legitimación de un nuevo orden social. En correspondencia al planteamiento inicial, se antoja necesaria una primera contextualización que nos introduzca en aquellos conceptos que permitan agilidad de análisis durante la exposición. Si bien existen diferentes definiciones, todas ellas complementarias, elegiremos un par de ellas resumidas que aporten una visión global.

Contexto teórico

Así pues, entendemos por Identidad Social la representación colectiva que los sujetos hacen de sí mismos anclada en ciertos elementos (lengua, tradiciones, gestos, gastronomía, expresiones musicales, danza, etc). Esta concepción permite la relación interpersonal de una cierta manera (y no de otra), dando a cada individuo las claves para saber lo que se considera correcto y lo que no, lo que le es ajeno o le pertenece. En definitiva, establece los valores de una sociedad en torno a los cuales se define el respeto, la dignidad individual y colectiva y el espacio que ocupa cada cual en la sociedad. De la identidad se nutre el sentido común.

Respecto del folklore, se define como una manifestación del colectivo, donde la sabiduría se transmite de forma poco variable en el tiempo, abarcando los diferentes aspectos de tradición histórica de una comunidad. Se trata de explicar a partir de un breve boceto, donde escenificar las conexiones de poder desde el folklore hasta las más altas cotas de ingeniería social.

España: un ejemplo de identidad orgánica

Me refiero con Identidad Orgánica a aquella capaz de regenerarse de forma natural absorbiendo y reabsorbiendo las identidades de recién incorporación o ya existentes, de manera que permitimos la no desaparición y, por tanto, la perpetuación de la historia a través de la identidad y de su expresión folclórica.

España es visto como el país occidental que se relaciona con el Mundo Árabe en su ser, conservando el carácter y el alma entre sus gentes. Si bien hace varios siglos dejó de ser árabe, además otros países occidentales estuvieron bajo el influjo árabe ¿Qué hace que el mundo perciba a España como un cáliz cultural árabe en occidente?¿Cómo y cuándo se convirtieron en un híbrido de culturas si el orden social cambió? Se intuye la existencia de un proceso orgánico gestionado desde la interrelación que analizaremos desde la perspectiva patrimonial adherida a la identidad.

A través del Ándalus un proceso transcultural

En el año 711, los primeros Omeyas llegan a la Península Ibérica. Fruto de las terribles desavenencias intestinas entre los reinos visigodos (debidas al carácter no hereditario de la monarquía, entre otros problemas). Los árabes que se encontraban instalados en territorios del Norte de África (y que ya habían puesto sus ojos al otro lado del estrecho de Gibraltar) reciben un salvoconducto para cruzar los escasos 13 km que separan ambas costas. Será el principio de un fin anunciado. Sí, podemos hablar de una nueva expresión cultural, la de la magnífica Al Ándalus; sin embargo, es una herida a la memoria considerar que este nuevo desarrollo llegó en su integridad de importación y como un anacronismo artificial fue instalado sobre la nada. El patrimonio de Al Ándalus será forjado como una nueva identidad regional árabe dentro de la identidad madre del Imperio Islámico al que perteneció.

En el proceso de generación de esta nueva realidad socio-cultural, diferentes etnicidades se verán las caras. Los árabes portaban sus propias tradiciones, el conocimiento y gusto por la música bizantina (eclesiástica), influencias amazigh del Norte de África y una última identidad importante que encontraron al cruzar el estrecho de Gibraltar. Estos sustratos culturales ( Bizancio, árabe, amazigh, visigoda, etc.) se hibridarán en un ejercicio integrador donde la parte dominante pasará a ser la árabe (y por tanto quizás poseedora del mayor recurso patrimonial), pero que a su vez, deja lugar a aquellos elementos de anclaje indispensables para que el resto puedan verse representadas, y por tanto adscritas a esta nueva identidad común: la andalusí. Andalusíes eran los árabes, tanto los cristianos como los judíos. Por ello, a Al Ándalus se le conoce como una región soberana donde convivieron varias culturas con un desarrollo cotidiano posible y pacífico, de beneficio mutuo. No significa que no hubiese ningún tipo de problema, pero sí es cierto que de la internalización y adscripción a aquella nueva identidad surgió un nuevo orden de sentido común, donde las diferentes comunidades convivientes podían establecer relaciones razonables y dignas.

El hecho de que exista una etnia dominante dentro de una hibridación identitaria, es una cuestión natural en tanto que siempre existirá un desequilibrio de recursos en torno a una parte de la comunidad. Sin embargo, el establecimiento de normas legitimadas en valores de común respeto permite unas relaciones justas y equitativas dentro de las posibilidades individuales o comunitarias, disfrutando de un mismo nivel de medida, juicio y oportunidades.

Respecto a la influencia mozárabe, debemos ponerla en alta relevancia en relación a su fuerza sobre el desarrollo patrimonial andalusí debido a que, no sólo formó parte de él, sino que determinó las diferentes estructuras musicales propias y únicas que hoy en día se conservan. Según el experto musicólogo D. Amin Chaachoo,(1) la música andalusí presenta una gran similitud con el canto gregoriano existente en la península ibérica, siendo esta base utilizada para desarrollos posteriores. Su importancia radica en el reconocimiento a través de la música de una realidad multicultural con continuidad en el espacio-tiempo, así como el desterramiento de un error que se perpetúa en nuestros días: considerar al flamenco como heredero directo de la música andalusí. Veremos más tarde este punto.

Existe una tendencia a mencionar el momento histórico de la "Reconquista" como "La expulsión de los árabes". Esta acepción no es del todo correcta, algunos historiadores afirman, que si bien hubo una expulsión religiosa (muy posterior a la muerte de Isabel la Católica y en contra de su voluntad), no hubo una limpieza de "lo árabe", implementada en otros ámbitos. ¿Acaso se acabó con todo el patrimonio cultural de un plumazo? La realidad, con el avance de los reinos cristianos hacia el sur, las gentes fueron obligadas a la conversión religiosa, pero no fueron expulsadas. De hecho, ya había cristianos andalusíes en las taifas (2), que se integraron a la nueva situación coyuntural.

Desarrollo y síntesis en el proceso de integración

Una nueva evolución está a punto de ocurrir: la propia identidad se regenera de forma orgánica, pasando a ser la cristiana la parte constitutiva dominante como corresponde a la nueva realidad de poder. Por ejemplo, la propia historia artística nos responde: el arte mudéjar, una nueva expresión cultural hispano-islámica asociada al patrimonio material que no sólo surge de forma novedosa, sino que alcanza su auge bajo el reinado cristiano con el mecenazgo del mismo. Por tanto, la identidad árabe no desaparece, sino que se reubica en una nueva posición social. La producción mudéjar atesorada por España da testimonio de ello.

Políticamente el Imperio Árabe desaparece de la península, las identidades se comportan como entes vivos dispuestos a sobrevivir adaptándose a una nueva relación de poder, pero adscritas a un sentido común global.

Mientras se producían estos registros (año 1415), comenzaban en la península Ibérica las primeras oleadas de gitanos. Fueron los llamados "egiptanos" que siguieron la ruta del Norte de África, y que por ese motivo serán finalmente muy distintos a otras comunidades romaní (*) extendidas por el mundo. Está en el ADN de los pueblos nómadas la absorción e incorporación de las expresiones culturales que encuentran a lo largo de sus periplos. Un pueblo originario de la India a su llegada a España, comienza a interactuar y tomar distintos detalles de los cantes populares andaluces, los sonidos de las sinagogas judías y de la cotidianidad emergentes de los árabes. Así pues, y paralelamente a la reordenación identitaria del momento, se empieza a producir la gestación de otra hibridación artística dentro de la península ibérica, donde el pueblo gitano será un nexo entre lo cristiano e islámico bajo una fuerte influencia del carácter andaluz. Cabe aclarar, que durante el reino de Granada ya emergía la presencia gitana en la Península Ibérica.

El flamenco queda reconocido como género musical en el siglo XVIII lo que le da una entidad aún joven si lo comparamos con otras expresiones artísticas más longevas. Sin embargo, no podemos obviar los siglos de lenta cocina donde de forma natural se fueron integrando sonidos, técnicas, saberes y sentimientos asociados a experiencias diarias en la convivencia de etnias. Esta fusión hace que surja un género totalmente reconocible donde separar las partes, conocer el origen último de cada detalle, es misión imposible puesto que cada elemento ha sido forjado desde la hibridación misma.

El flamenco posee unos ritmos totalmente diferentes a la música andalusí y, aunque integra parte de los instrumentos o calidades vocales, en ningún caso podemos decir que es una evolución lineal de la misma. El flamenco es un género que integró la identidad árabe, del mismo modo que esta última se mixturó con el patrimonio arquitectónico mudéjar, o quedó impresa en la gastronomía, gestos, gustos decorativos, formas de vivir la fe, concepciones morales, lenguajes, en definitiva elementos del folklore, que no es más que esa sabiduría de lo cotidiano con la que nos identificamos.

Por ello, hoy día España es sentida por el mundo como una heredera del sentimiento árabe, un bastión de la sentimentalidad asociada al Creciente Fértil (3). La identidad árabe en un proceso de perfusión, los diversos elementos culturales fueron demostrando que existen procesos orgánicos de inclusión, y que las evoluciones de identidades culturales son perfectamente legítimas en la medida que las comunidades lo sostienen.

La identidad española actual, representada a nivel mundial por la Marca España, no se entiende sin el flamenco, un arte representativo de la generalidad del pueblo español, muy a pesar que este género ha sido reprimido durante algunos años, hay que destacar sus elementos constitutivos, en su mayoría representativos de  los mismos que conforman cualquier otro registro de la sociedad española, y por ello es lógico que el español se sienta representado en este aspecto cultural. Una identidad híbrida que no sólo genera cohesión entre los miembros, sino también riqueza económica en torno al turismo y estudio de nuestra cultura y diversidad.

Si en el folclor, expresión de la identidad cultural trascendente, y a su vez denostando parte del patrimonio de determinadas comunidades, se termina abordando al empobrecimiento y desaparición de lo autóctono. Estas acciones sobre la cultura son de vital importancia cuando se pretende arraigar un nuevo esquema en detrimento del existente, con el propósito de generar una nueva escala de “valores”, generalmente al servicio de diferentes intereses.   

Como dice el músico Ry Cooder: "La mayoría de la música actual resulta idéntica, plastificada, artificiosa y esto sucede porque nos hemos dejado arrebatar la memoria y, con ello, el fuego". El flamenco no ha perdido su historia, y la continuidad de su vigencia radica en haber conservado su memoria, fundida en un fuego imperecedero que seguirá marcando a futuras generaciones.

 

  1. La música andalusí: Historia, conceptos y teoría musical- Amin Chaachoo – Ed.Al Muzara
  2. Pequeños reinos emergentes luego de la división del Califato de Córdoba
  3. Creciente Fértil (Medio Oriente), región que abarca Siria, Líbamo, Irak, Palestina y Jordania. Algunos autores agregan las regiones de Al Ahuaz (Juzestan) en Irán y Antaquia Y Cilicia al sur de Turquía