LOS VÍNCULOS ENTRE EL NAZISMO Y EL SIONISMO * Nèstor A. Suleiman

10.05.2015 16:10

El articulo reproducido apareció en el libro: “Palestina una nación… un pueblo”, de Ediciones Madres de Plaza de Mayo.

“…A el mismo lo encerré, como un pájaro en jaula, en Urishalim su ciudad real. Levante bastiones contra él; y a quienquiera salía de sus puertas, le hacía pagar su mala acción. A sus ciudades que había saqueado, se las quite de su territorio y se las di a Mitinti, rey de Asdod, a Padi, rey de Ecron, y a Silibel, rey de Gaza. Así ampute su territorio…16.En cuanto a el Ezequias, el resplandor de mi majestad lo aplasto…Luego me envió a Nínive, mi ciudad señorial, además de treinta talentos de oro…toda clase de tesoros preciosos, sus propias hijas, concubinas, músicos y cantoras. Y para entregarme su tributo y expresarme su homenaje, envió a sus mensajeros.”
                           parte militar del rey asirio Senaquerib (referencia biblica 2 Re. 18:13-16)

Cuando se hace referencia a la situación de Palestina, al abordar la cuestión histórica, generalmente algunos esbozan problemas milenarios. En realidad se trata de una cuestión que comenzó en la segunda mitad del siglo XIX, cuando dos judíos europeos, Leon Pinsker y Teodoro Herzl, en distintos tiempos plantearon la autodeterminación de los judíos y la creación de un hogar nacional para todos los hombres de fe mosaica repartidos en el mundo.
A partir del congreso de Basilea de 1897, que junto a notables judíos europeos, el flamante movimiento sionista proyecto una estrategia tendiente a la creación de un estado para todos los judíos dispersos en el mundo.
Inspirados en el ensayo de Herzl, titulado “El Estado judío” ( “Der Judenstaat”) los congresistas reunidos en Suiza debatieron la necesidad de llevar adelante un programa que permitiera la consolidación del proyecto en Palestina, y para este propósito marcaron la urgencia en la construcción de una organización internacional que sirviera de soporte al objetivo prioritario: la creación del estado de Israel.
Cabe recalcar que en el libro de referencia, Herzl planteaba como lugares de convergencia para los judíos de todo el mundo: la Argentina, Uganda o Palestina. En lo que respecta a nuestro país el autor recomendaba prescindir, habida cuenta de la masiva presencia de judíos en esta región. Se trataba de importantes contingentes que escapaban de las campa–as de discriminación religiosa desatadas en la Rusia zarista, y su temor radicaba en la instalación en estas tierras de otra campa–a antisemita.
Finalmente el congreso de Basilea, siguiendo las sugerencias del padre del sionismo optan por Palestina, por tratarse de la tierra prometida y aprovechando la tradicion biblica usan una buena plataforma proselitista, para arrastrar sentimentalmente voluntades en favor del proyecto.
En otro escenario y mientras los estruendos de la Primera Guerra Mundial continuaban en la región del Creciente Fértil (1), en el a–o 1916 ingleses y franceses sellan un acuerdo, el de Sykes-Picot, que planificaba dos protectorados y tres mandatos en la zona de conflicto.
Luego del fracaso de las negociaciones con las autoridades turcas que eran la potencia ocupante de todo el Creciente Fértil, los sionistas inician sus contactos con las autoridades británicas. Aparece la famosa declaración de Balfaour (Ministro de Relaciones Exteriores) del 2 de noviembre de 1917, que manifiesta:”El gobierno de Su Majestad ve con ojos favorables el establecimiento en Palestina de un Hogar Nacional para el pueblo judío y hará lo que pueda para ayudar a la realización de este objetivo, estando claramente entendido que nada se hará que pueda atentar a los derechos civiles y religiosos de las colectividades no judías existentes en Palestina, o los derechos y status políticos de los judíos que residan en cualquier país”. La historia registrara hechos que modificaran las condiciones del documento britanico.
En la década del 20 por decisión de la Liga de las Naciones, Inglaterra quedaba como potencia mandataria sobre Palestina, una situación que beneficio a lo largo de dos décadas y media a las demandas sionistas sobre la colonización de las tierras árabes palestinas.
Pero debemos aclarar que los sionistas no tuvieron ningún tipo de escrúpulos, ni prejuicios ideológicos cuando se trataba de afianzar sus planes. Existe un informe que delata las alianzas entre judíos-sionistas y nazis, cuyo autor es el iraqui Kadim Jawad (“La cooperación nazi-sionista”) (2), quien detalla en una sorprendente crónica las relaciones entre los dirigentes alemanes Von Mildestein, Eichmann y Hagen y el establishmen sionista.
A modo de síntesis el “Schawarze Corps”, órgano oficial de las SS redactaba en 1935: “No están lejos los días en que Palestina pueda recibir a sus hijos perdidos. Nuestros mejores deseos y la buena voluntad del Estado están con vosotros”.
En 1937 Adolf Eichmann pretende viajar a Haifa para fortalecer los vínculos con el Hagganah (fuerza paramilitar sionista). Ante la imposibilidad de ingresar en Palestina, por el caos reinante en la zona y la decisión de Inglaterra de cerrar las fronteras, concreta la entrevista con el dirigente sionista Pollcer en El Cairo.
Las campañas cruentas e incruentas, instrumentadas por el nazismo en relación con la población judía en Europa, siempre contaron con el beneplácito de la conducción sionista.
Las migraciones ilegales de judíos hacia Palestina fueron creciendo en los tiempos que aumentaban las persecuciones religiosas y xenófobas de los alemanes. Las fuertes campa–as de exterminio comenzaron a partir de 1941, en estos tiempos previos al cierre de la Segunda Guerra Mundial se registraron los índices mas alto de inmigración a Tierra Santa.

Acerca de las reivindicaciones del sionismo sobre Palestina
Las concesiones territoriales brindadas por la ONU, mediante el plan de partición de 1947, da lugar a que abordemos el esclarecimiento sobre los falsos argumentos que portan los partidarios del sionismo y que se ligan a las reivindicaciones históricas y de pertenencia de las tierras árabes-palestinas.
Los sionistas de hoy no tienen ninguna relación con las tribus hebreas bíblicas, las que construyeron el reino de Israel aproximadamente 1000 a–os antes de Cristo. Esas tribus fueron asimiladas entre los distintos pueblos del Creciente Fértil, en tiempos anteriores a nuestra era.
Ajustándonos a los acontecimientos que afloran en los distintos géneros literarios del Antiguo Testamento, a la muerte de Salomón el reino se divide en dos partes: Israel, al norte y Judea al sur. Con la caída de Samaria, capital del reino del norte en el siglo VIII a. de C., en manos de Sargón II (primer ingeniero social de la humanidad), toda la población israelita es trasladada a distintas regiones donde tenía influencia el imperio asirio y es reemplazada por gentes oriundas de otros sitios.
En el siglo VI a. de C. Nabuchnazar (Nabucodonosor) termina con la existencia del reino del sur cuando toma su capital Jerusalén y, transporta a la población hacia Babilonia.
Haciendo un breve balance, los antiguos hebreos solo ejercieron su influencia territorial soberana en la antigua Canaán o Filistea durante escasos cinco siglos, pero de manera discontinua y nunca de la porción o espacio de territorio que la ONU les entrego por el retorcido plan de partición de noviembre de 1947.
Los fundadores del movimiento sionista y los creadores y artífices del actual Estado de Israel, en su mayoría son descendiente de los asquenazíes, judíos de Europa Oriental, que probablemente sus orígenes religiosos tenga relación con tribus otomanas convertidas al judaísmo que ingresaron a Europa por los Balcanes y con los khazares de la region del Cáucaso, judaizados en el siglo VIII de nuestra era, y cuyas influencias llegaron al este del continente europeo.
Arthur Koestker, escritor judío, afirma en su trabajo “La treizeme Tribu”(3), “…consagrado al reino de los Khazares, concluye que la mayor parte de la población judía no es de origen palestina sino caucásica. En lo esencial las migraciones judías no salieron del Mediterráneo para ir hacia el este, pasando por Alemania y Francia para volver después hacia el oeste. Fueron constantemente hacia el oeste del Cáucaso hacia Ucrania, después hacia Polonia y de allí a Europa central.”
En la antiguedad, en la era pre cristiana, Sargón II y Nabucodonosor, dos soberanos de la Mesopotamia iraquí terminaron con los reinos usurpadores de Israel y Judea,
En la guerra de octubre de 1973, los ejércitos movilizados desde Bagdad hacia el frente bélico del Golán demostraron al Mundo Árabe la fragilidad de las fuerzas sionistas ante la firme voluntad de los que no claudican en el combate.
Durante la crisis de la llamada Segunda Guerra del Golfo, en los escasos 40 días de combate,  sin discursos amenazantes y con acciones concretas, las Fuerzas Armadas de la Republica de Irak alcanzaron con sus baterías misilística Tell Aviv y otras ciudades de Palestina Ocupada, comprometiendo la seguridad del estado sionista.
Los acontecimientos parecen repetirse en distintos segmentos de la historia. Quizá la construcción definitiva de un estado árabe democrático, laico y no racista en toda la Palestina Ocupada, tenga como co-protagonista principal a un líder de la Mesopotamia iraquí.

(*)Néstor Antonio Suleiman Profesor en Ciencias Sagradas y Filosofía

(1)Creciente Fértil: Región conocida como Medio Oriente. Comprende las regiones de Siria, Líbano, Jordania, Palestina e Irak. Para el partido Al Baas Árabe Socialista la región se extiende a las zonas ocupadas por Turquía nominadas Cilicia, Antaquia y el Arabestan (Al Ajuaz) en poder de Irán. El Partido Nacional Social Sirio (del árabe Jesbo El Koumi Suri), incluye, también, la isla de Chipre.
(2) Revista Tigris Nº 3- Marzo 1979- Miguel Bayon.pagina 20/21.
(3)Árabes y judíos en la historia- Ed. Errachid-Bagdad.- Nota de editor(contratapa)