Golfo Árabe y mar Rojo Espacios estratégicos de demandas y disputas históricas

15.10.2016 08:45

Las tensiones son muy fuertes  en las costas del Golfo Arábigo y Yemen. Esta última región forma parte, del espacio estratégico importante para controlar  el movimiento marítimo en el Mar Rojo.
Desde hace tiempo, una guerra de mensajes enfrenta a Arabia Saudita e Irán, entorno a Bahrein y, seguramente esto tiene relación con la  lucha regional, especialmente en Siria, donde Irán juega con todo el poder de fuego  a favor del régimen autoritario y con claro perfil de nepotismo representado por  Bashar  Al Assad. Mientras que los sauditas orientan sus esfuerzos  hacia  los rebeldes, que a su vez están repartidos entre los grupos con  perfil laico y los fundamentalistas religiosos.
La reactivación de las demandas del colonialismo persa sobre Bahrein, siempre estuvieron presentes.  El periódico conservador de Iràn, el  Kayhan, publicó hace poco declaraciones de Ali Jamenei, el ayotalah que tiene la última palabra “revelada” en Irán,  manifestaciones provocadoras que afirman una supuesta soberanía del estado teocrático persa sobre el emirato de Bahrein .Según este religioso “una provincia separada de la patria islámica”.

Pero los deseos expansionista persas no quedan agotados en Bahrein, o en los 330.000 Km2 cuadro de Al Ajuaz o Arabestan Ocupado, donde viven 8 millones de árabes bajo la ocupación del régimen controlado por la oligarquía religiosa de los Ayotalah´s.

Teherán también se ha quedado con las tres islas del estrecho de Ormuz, que pertenecen a los Emiratos Árabes Unidos, el pequeño archipiélago ubicado en la entrada del Golfo Árabe, nos referimos a las islas Gran  Tamb, Pequeño Tamb y Abu Mussa.

 Preocupados los iraníes de la alianza estratégica entre Bahrein y  Arabia Saudita, permanentemente alientan los disturbios en el pequeño emirato, donde la primavera árabe también registra vigencia en las movilizaciones antigubernamentales.

En el marco de las declaraciones provocadoras se pueden destacar las emitidas oficialmente por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Rep. Islámica de Irán:"la solución a la crisis en Bahrein se encuentra en el cumplimiento de las demandas legítimas del pueblo". Seguramente que las reivindicaciones de la mayoría de los  bahrenies son justas en el ámbito social, económico y político, quejas en contra de una casta de “nobles príncipes”, claudicantes y retardatarios. Sin embargo, hay que destacar que estas cuestiones, son utilizadas por la dirigencia persa para desestabilizar Bahréin, ergo generar una profundidad estratégica en la isla, que tiene una mayoría poblacional que en el ámbito religioso pertenece a la corriente islámica chiita. 
Estas declaraciones desataron  una oleada de ira sauditas y  bahrenies y, las respuestas de las dirigencias petromonàrquicas, tienen tanta vigencia como el conflicto histórico en   Yemen, donde el incentivo de las diferencias internas, han sido bien utilizadas tanto por  el  otrora colonialismo  británico,  por rusos en la década del `80, persas en el último lustro y las monarquías árabes, en este paquete de reyes y emires debemos admitir a todas, las del extremo poniente en el Magreb hasta el golfo Arábigo.
Las tensiones con Irán también han sido utilizadas por las autoridades de Bahrein para justificar la formación de grietas en la oposición. Hace muy poco se publicó una lista de  personas “buscadas” por cometer "crímenes terroristas" contra las fuerzas de seguridad.
En todo este escenario,  hay que aclarar que los tratados vinculados a la seguridad, entre Bahrein y Arabia Saudita, están en “sintonía” en ambas sociedades, habida cuenta que  las prácticas sociales, el sistema democrático y las cuestiones vinculadas a los DDHH, guardan simetrías en estas dos monarquías.
Pero si Irán reivindica a Bahrein como parte del histórico imperio persa, que les quedaría a los árabes que extendieron sus dominios en la antigua Persia, en tiempos de la islamización de esa región. Algunos dirigentes árabes se atreven afirmar, “la importancia del  legado cultural que los persas reciben de los árabes, no solamente el fenómeno religioso. También en el aspecto lingüístico, entendiendo el papel que juega el alfabeto árabe utilizado por la lengua fersi”, también van por mas… ingratitud histórica  de la dirigencia  persa!!!  

Bahrein es un Estado árabe, independiente y soberano. Cualquier proceso de  unidad con otro país árabe debería ser consultado al pueblo y, las afirmaciones persas con vocación imperial, cuestionando  la identidad árabe de la pequeña isla que constituye el emirato, son tan inaceptables, como la intervención de la Guardia Revolucionaria Islámica (perteneciente a la aristocracia religiosa de Teherán) en Yemen.

Está claro que no se trata en la crisis yemení, quedar pegado a la alianza entre las monarquías árabes, la oligarquía militarista egipcia y EEUU. También es una obligación esclarecer sobre  las intromisiones del expansionismo persa en la región sur de la península de Arabia.

Desde hace casi un lustro la Guardia Revolucionaria Islámica, está formando militarmente a los hutìes, en una isla que el estado teocrático persa alquila a Eritrea en el mar Rojo. Luego de la preparación militar los combatientes son introducidos al norte de Yemen donde tienen bases operativas este sector de la comunidad yemení, perteneciente al sector identificado con los zaidìes.

Como siempre generar la inestabilidad política y  el estado de tensión en el Mundo Àrabe, alimentar a los regímenes vitalicios caracterizados como retardatarios y domesticados, alentar los fundamentalismos religiosos, han sido premisas de todos los que pretendieron fijar los tentáculos coloniales en la zona reivindicada por los panarabista.

Mientras tanto el estado sionista, preocupado por el crecimiento e instalación geopolítica de la teocracia persa, su  legítimo competidor en la región de Oriente Medio, también se ve favorecido cuando tiene un frente de enemigos con prácticas sectarias, que terminan generando agudas diferencias en el seno de las sociedades donde operan.