ACUERDO ENTRE EL COLONIALISMO PERSA Y LA COMUNIDAD ECONÓMICA EUROPEA

05.02.2016 09:42

Acuerdo entre el estado teocrático iraní y las potencias occidentales. ¿Quién es el beneficiario?

En Irak, en tiempos de Saddam, con los argumentos de existencia de armas de destrucción masiva, bloquearon el país, lo debilitaron y luego lo invadieron EEUU y la alianza occidental con la asistencia de Teherán. El acuerdo firmado con Irán sobre el programa nuclear, son claras muestras de la necesidad que tienen las fuerzas de occidente de continuar con el auxilio de los clérigos chiitas alineados al estado teocrático islámico. El precio de este acuerdo lo pagan los pueblos expuestos a la crisis que vive la región.

El potencial programa nuclear iraní en caso de tener un fin bélico, las únicas víctimas son los pueblos del golfo Arábigo. Permanentemente están amenazados por la prepotencia, arrogancia y retorcidas intenciones del colonialismo persa que sueña con la  anexión de territorios árabes. El sionismo y su engendro expansionista el estado racista de Israel, pueden despreocuparse de este proyecto nuclear iraní. Las ficticias amenazas de la dirigencia persa con vocación colonial, en relación a la desaparición de Israel, tienen respuestas en las quejas de la dirigencia xenófoba israelí, pero en realidad el estado de Israel, otro genuino competidor de Irán, se siente solo como algunas monarquías del golfo Arábigo, ante los acuerdos entre las potencias occidentales  e Irán.

Son dudosas las intenciones de las declaraciones de la jerarquía del clero chiita alineado a Irán, sobre la desaparición física de Israel, pero es una postura impostergable e imperecedera las que sostienen EEUU, Rusia, China y el resto de la Comunidad Económica Europea acerca del sostenimiento del estado sionista.

En realidad tanto el pentágono como otros poderes de occidente necesitan poner en frente un enemigo que reúna perfiles que puedan desarrollar contradicciones antagónicas en el seno de las sociedades, ergo los integristas y fundamentalistas cono Al Qaeda, Estado Islámico, Boko Haram, Al Shabab, la Hermandad Musulmana o las milicias sectarias de orientación chiita, aliadas a Irán, entiéndase Hesbo Alah o Ejercito Mehdi, son funcionales a la hoja de ruta de los intrusos occidentales en Oriente Medio. En esa dirección es necesario para EEUU que estos exponentes de posiciones nefastas no desaparezcan, estén vigentes, porque finalmente se convierten como fogoneros  de la violencia, mixturada del odio al otro y la exclusión del que piensa diferente, cultivo necesario para agudizar las diferencias en el seno de las sociedades.

Existe una estrategia de EEUU para cada frente y con cada encuadramiento determinista y fundamentalista. En Irak el Pentágono va de la mano con las brigadas Badr, con las milicias de Muktada Al Sadr y miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán, para combatir a los descerebrados del Estado Islámico. Un frente de combate que tiene la asistencia de Israel a través de los grupos feudales kurdos.

El Daesh o Estado Islámico ha desbordado toda expectativa tanto de EEUU, Francia, Inglaterra, Irán, etc. Sigue su propio diseño descabellado, al margen de ser conducido por cualquier referente de occidente u oriente. Las acciones en el escenario militar de estos inadaptados pueden beneficiar en algunos tramos a los enemigos locales o de otras regiones, pero de ninguna manera  pueden ser contenidas u obstaculizadas por las tácticas de los mismos que los combaten. Asimismo, tampoco se puede evitar que la esquizofrenia fundamentalista pueda dejar de operar en París, Bruselas, Londres, Madrid u otra metrópolis europea.

Sobrados ejemplos direccionan a esta síntesis, y lejos de ser una conjetura demuestran en la praxis la ingobernabilidad de una estructura político-militar que día a día se nutre de los desplazados y excluidos de las sociedades donde están instalados, y esta cuestión se materializa gracias a las políticas sostenidas por los regímenes sectarios que gobiernan tanto en Oriente Medio como otras zonas del Mundo Árabe.

Debemos agregar que 35 o 70 mil combatientes no pueden ocupar más del 30% del territorio sirio e iraquí, sin la asistencia de la población local. Aceptemos que la insurgencia, los rebeldes de todos los colores y preferencias religiosas, tienen apoyo de sectores que han sido empujados por distintos gobiernos hacia la marginalidad. Estas últimas operaciones diagramadas por regímenes aliados a Teherán, han sido indispensables para estampar un espacio donde  se radicalicen interpretaciones religiosas que esbozan posicionamientos políticos en detrimento de la integración de las comunidades

En Siria los dirigentes de Washington están preocupados por la presencia militar rusa y los ataques de esta fuerza hacia los grupos laicos e islámicos moderados, opositores  al gobierno de Bashar Al Assad. Es importante para el gobierno sirio y la planificación de Moscú, terminar con los sectores que reclaman dialogo y negociaciones directa con todos los actores de la guerra civil en ese país, a excepción de la camarilla que gobierna. La alternativa presentada por la oposición siria dispuesta a darle una solución a la crisis a través de la reconciliación y conversaciones que apunten a la paz, contrasta con las duras posiciones del Frente Al Nusra y el Estado Islámico que no aceptan ninguna otra opción alejada a convertir todo la región en un “estado” teocrático con inclinaciones sectarias, interpretación religiosa esbozada en el campo político e inspirada en un verdadero takfirismo, que conduce en primer lugar a despreciar y, anatemizar al islámico que no porta la misma visión de la realidad.

En Irak los distintos gobiernos proiraníes instalados desde la ocupación en el 2003, con el beneplácito de EEUU, continúan con las campañas de cercenamiento del territorio iraquí a partir de un plan que contempla alentar las luchas sectarias, en el plano religioso, étnico y nacional, ergo aprovechar el cultivo de los enfrentamientos para estampar una nueva en la cartografía de la Mesopotamia, que contemple un estado chiita al sur, otro sunnita en el centro y el kurdo (independiente) en el  norte. Las claras intenciones de la dirigencia de Irán están en la incorporación del sur de Irak (provincias de Basrah y Nasirya) al nuevo mapa de la república teocrática. Lamentablemente para los designios foráneos, el resurgimiento de la resistencia laica e islámica moderada en el centro de Irak comenzó a estorbar este proyecto. Asimismo los desplazados y marginados de la sociedad fueron incorporándose a las huestes del fundamentalismo en el norte, convirtiendo la provincia de Nínive en un bastión del Estado Islámico, cuya recuperación por parte de la coalición americana, mixturada de kurdos feudales, guardianes de la revolución islámica de Irán y ejército federal de Irak, parece convertir un escenario militar cuya “victoria a lo Pirro” no alcanza para sofocar de una vez por todas el salafismo en su versión wahabí. Deberíamos preguntarnos a quiénes realmente beneficia la continuidad del fundamentalismo retardatario en la región.

Proyecto geopolítico del colonialismo persa

Una bocanada de oxígeno para el régimen teocrático persa con el levantamiento de las sanciones económicas dispuestas por la CEE. Nadie puede estar de acuerdo con el padecimiento de los pueblos de Irán (*) por las medidas de bloqueo, de parte de los que son socios de la dirigencia persa en algunos escenarios bélicos, como afirmamos anteriormente. Ejemplo emblemático es  Irak, donde la presencia militar de Irán, Francia, la inteligencia alemana, belga e inglesa, tienen en la mira con exclusividad objetivos del Estado Islámico. Paradójicamente los socios en algunos temas, se presentan “para la galería” como acérrimos enemigos en los mismos espacios geográficos. En realidad el proyecto geopolítico del colonialismo persa compite con EEUU en particular, y con el resto de los países con proyección neocolonial.

   En Afganistan la minoría hazara que adhiere al chiismo, al mismo tiempo es aliada de Irán. En ese país se enrolaron en la lucha contra los talibanes (en su mayoría de la etnia pashtun) y, fueron aliados a los EEUU igual que sectores la comunidad tayiki integrantes de la Liga del Norte referenciados en el liderazgo de Massud, asesinado por un comando talibán en una entrevista periodística.

En Yemen la teocracia persa apoya a los sectores huties ligados al zaidismo, de filiación chiita, con algunas diferencias teológicas con la línea religiosa oficial en Irán. La Guardia Revolucionaria Islámica iraní contrató  hace unos años una isla al estado eritreo, ubicada en la entrada al mar Rojo para entrenar militarmente a los rebeldes huties. Hoy este país económicamente muy precario experimenta la tragedia civil,  una guerra alimentada tanto por las retardatarias monarquías petroleras del golfo Árabe, como por  las retorcidas intenciones del colonialismo persa, que procura lograr un frente más de degaste en el Mundo Árabe.

La teocracia persa necesita permanentemente mostrarse quejosa ante las medidas que se puedan tomar en contra de sus pretensiones de desarrollo armamentismo nuclear “con propósito pacíficos”, pero en el fondo, quizá lo más importante, está determinado en los arreglos y acuerdos en los territorios donde se disputan la hegemonía geopolítica. Los acuerdos entre el colonialismo persa y los poderosos de occidente, en síntesis son relaciones orgiásticas donde los únicos instrumentos son los pueblos iraquí, sirio, ahuazi y las inocentes poblaciones del golfo Arábigo. Mientras tanto las  quejas de hoy de las petromonarquías sobre los  avances del colonialismo persa en la región de permanente conflicto,  se traduce como lamentaciones esbozadas en la pasividad que han portado en tiempos del asedio y bloqueo injusto al único país, que bajo la dirección estratégica del presidente Saddam Hussein pudo frenar los intentos prepotentes y anexionistas de la dirigencia persa con vocación colonial.

(*) pueblos de Irán: la actual Rep. Islámica de Irán esta compuestas por pueblos de distintas origen étnico y nacional: baluchistanes, árabes, azeríes, persas, kurdos, entre otros.